Renguero 73: Suplemento SI - 2002 - El rock es compromiso

”O estás con la lucha o sos un careta”

Serú, Fito, Soda, Redondos…y La Renga. A punto de ingresar en la selecta lista de artistas locales que tocaron en River, el trío repasa un año donde decidió ponerse al frente de la solidaridad y la resistencia. ¿Rebeldes sin pausa?

Sucedió hace tres semanas. Uno de los habituales asados de la gran familia renga (músicos, hijos, novias, amigos, sonidistas y un largo etcétera) vino con condimento especial. Con las primeras chispas (”cuando no tocamos, ensayamos o grabamos, seguro estamos haciendo un asado”), el Gordo Gaby, manager y socio, tiró toda la carne: “Chicos, hay una punta para tocar en River”. Miradas y respuesta: “¡¿Pero, te pareeeeece?!”. Fueron 10 minutos o 15. “Al rato” remata Tete, el bajista, “ya estábamos todos: ”¿Y si ponemos el escenario así? ¿Y si hacemos una escenografía?”. ¡Terminamos re-embalados! Loco, ahí tocaron AC/DC (pronúnciese “a-cé-dé-cé”) y los Redondos…”.

El espíritu de ese asado (mezcla del ritual argentino por excelencia y reunión de negocios) quedará para la historia. Sí, el trío rockero que nació hace 13 años, en plena hiperinflación, se sumará a la lista selecta de artistas nacionales en tocar en River junto a los Redondos, Serú Giran (dos cada uno), Soda Stereo y Fito Páez. Y de algún modo será el resumen más acabado del rock de los 90: una banda que empezó alquilando el club Brisas del Sud en Mataderos y que después de vender más de medio millón de discos, tocará en la cancha más grande. “A nosotros nos gustan los desafíos. Cuando fuimos por primera vez a Obras nos decían: ”Toca Aerosmith en Vélez, ¿quién los va ir a ver?”. Y al otro viernes en el Sí! reproducían lo que decía la gente: ”El barrio llegó a Obras”. Y era verdad. Son metas, y más motivación que River no vamos a encontrar”.

Chizzo, Tete y Tanque cuentan esa anécdota más relajados que en ninguna otra nota. Hoy tocan en Newell’’s y, después, son más de dos meses para preparar EL recital. Están aceleradísimos. Porque en este año de silencio y de no hacer shows oficiales en Capital, el trío logró lo que quería: alternar entre ese récord masivo y sostener su espíritu “revelde”. Primero, terminaron su contrato con la multinacional Universal y ahora editarán un simple con tres temas nuevos de manera independiente (”Documento único”) que slo se podrán comprar con la entrada para River. Y además, tocando para la CTA y el campamento piquetero de Plaza de Mayo, salieron a levantar la voz, desde el propio centro de la escena política.

—Mientras otros grupos bajaron los decibeles de su arenga política, ustedes salieron a tocar directamente para organizaciones de lucha…

—Nosotros pensamos que desde el 19 de diciembre, llegó un momento en que no alcanza con tocar y levantarle el ánimo a la gente. Para mí, a partir de ese día, hay que estar, salir a tocar y bancársela. El rock es compromiso y La Renga está a full con el rock. No somos como otros que van y vienen, caretean y esas cosas. (Tete)

—Fue sorprendente ver a La Renga en Plaza de Mayo en el campamento piquetero. Sin dudas fue un acontecimiento político fuerte y ustedes decidieron estar ahí.

—Este año las cosas llegaron a un punto que o estás ahí con la gente, con la lucha, o sos un careta. Mirá, el día de Plaza de Mayo hasta media hora antes no sabíamos si ir o no. Nos decían que había quilombo, que nos iban a poner un tiro…¡qué se yo! Nosotros queríamos ir y fuimos.

—¿No tenían miedo de que les enroscaran alguna bandera política no deseada?

—Fuimos a tocar para hacerle el aguante a los que estaban ahí. Ni para nuestros fans que se enteraron ni para los 10 políticos que había, sino para esas 10 mil personas que por algo estaban acampando.

—Siendo uno de los grupos más convocantes del rock nacional, en estos dos años hicieron muchísimos shows boca a boca, sin anunciar y a beneficio.

—Empezamos en el Marquee hace dos años, hicimos Obras, Cemento. Antes no le encontrábamos la vuelta para tocar seguido y ahora ya se difundieron tanto que se nos complica.

—Pero ustedes son difíciles también. No fueron a tocar a Cosquín, no les gustan mucho esos festivales…

—En Plaza de Mayo había dos equipitos y tocamos con eso. Si es un festival, tiene que haber una causa, un por qué… No nos gusta ir tocar por una marca de cerveza.

—Ustedes siempre tuvieron un discurso muy independiente heredado de los Redondos y estaban en una multinacional. ¿Cuál es el balance de esa experiencia?

—El balance con la compañía es: nos llevamos bien, aceptaron nuestro contrato. Pero igual nos garcaron con plata. Nunca habíamos visto un billete. Cuando vimos uno dijimos “Guau”. Después nos dimos cuenta que el negocio es otro y lo recuperan vendiendo unos cuantos discos y les quedan cuatro años. (Chizzo)

—Ahora tienen que financiar sus propios discos.

—Desde el principio hicimos shows para financiarnos. Ahora, por una realidad del país: lo que teníamos ya no está. (Gaby)

—¿Los agarró el corralito?

—Sí, pero ya está, nos chupa un huevo, nos robaron otra vez. Decidimos no darle importancia a eso porque ya fue.

—Son el grupo de rock que más discos vendió el año pasado ( 60 mil de “Insoportablemente vivo”) y uno de los que más gente lleva y tienen que juntar la plata…

—Y… esto es La Renga. Estamos felices de que nos pueda ir bien como está todo. Tener laburo… Además, ahora las compañías están todas quebradas. (Chizzo)

Pasamos al estudio, donde suenan los (atronadores) temas nuevos: “Dementes en el espacio”, “Detonador de sueños” y “Hielasangre”. Chizzo, relajado y más flaco (”tengo el hígado delicado, me tengo que cuidar”), sigue la charla y, casi por primera vez en una entrevista, se larga a explicarse: “En sí mis letras son combativas, no hablando de política. Hablan del espíritu, del sentimiento, de la libertad, de rescatar la esencia de lo humano”.

—¿Es tu compromiso como compositor?

—Totalmente. Armar a la gente, prepararla como un guerrero en la vida cotidiana, no necesariamente desde un partido político.